viernes, 23 de febrero de 2018

¿Conoces tu cuerpo?

¿CONOCES TU CUERPO?
Miguel Rubio Mato

    Es un hecho, alrededor del 53% de la población está por encima de su peso saludable. La solución a este problema, no es un secreto, ni tampoco requiere de estudios avanzados, se trata simplemente en disminuir la ingesta calórica y realizar actividad física con frecuencia. Existen infinidad de estudios, artículos y documentos que afirman y recogen con más detalle este problema en cuestión, sin embargo un 100% de la población padecen o han padecido dolor de espalda.

    Como ya hemos visto, la solución al primer problema planteado es sencilla, y por lo tanto, es fácil de implantar en las aulas. El objetivo en las aulas de educación física se ha convertido en “correr”. De todas las posibilidades disponibles en este contexto, correr, ha sido la elegida por la mayor parte de los docentes en los últimos 50 años. Criterios de evaluación obsoletos que fomentan la competitividad de los “buenos”, y la total indiferencia y falta de motivación de los “no tan buenos”. ¿Acaso esto, no es un problema?

     En los últimos 8 años de mi vida, he trabajado como fisioterapeuta en clínica. Me he encontrado con pacientes de todo tipo, dolencia, edad, profesión, nivel económico, nivel intelectual, etc. El desconocimiento total del funcionamiento del cuerpo que he visto en mis pacientes, es lo que me ha hecho reflexionar sobre lo que os estoy contando. “En el aula de educación física, no se educa”. No se trasmite ningún contenido relacionado con la salud del cuerpo. Hay un desconocimiento abismal sobre el esquema corporal del individuo. Conceptos tan importantes como ¿qué es un estiramiento muscular? ¿para qué sirve? ¿cómo debemos respirar? ¿qué es la ergonomía? ¿qué es el dolor, y cómo evitarlo? No son transmitidos en las aulas de secundaria ni bachillerato. Sin embargo, en los criterios de evaluación del Curriculum, sí se contempla que los alumnos tengan una autonomía a la hora de diseñar sus propios hábitos de ejercicio saludable. Pero, ¿cómo va a ser eso posible? ¡Si lo único que se enseña es a correr para no ser obeso!

     Soy consiente de que se trata de una reflexión demasiado crítica, ya que en parte, estoy tirando piedras sobre mi propio tejado. Pero es la realidad con la que me enfrento cada día en mi profesión, no se trata de una reflexión sin fundamento.

     La sociedad ya se encarga de enseñarnos que el tabaco es malo, que la vida sedentaria es perjudicial, y que las calorías engordan… pero no nos motiva para no reproducirlas en nosotros, al contrario, nos incentiva. Es un hecho, que en la adolescencia, la rebeldía está presente, y que los hábitos que uno adquiere a esa edad son cruciales para la vida adulta. Y es aquí donde el área de la educación física falla estrepitosamente: en la motivación.

     En mi paso por las prácticas he preguntado a los alumnos de distintos cursos de secundaria y bachillerato: ¿por qué corres? La respuesta en todos los casos es la siguiente: para aprobar. Cuando la motivación de un alumno por cualquier asignatura se limita a aprobar, el proceso de enseñanza-aprendizaje ha fracasado.

     El cuerpo humano, al igual que a los animales no advierte de los peligros del entorno a través del dolor. Pero los humanos disponemos de una ventaja con los animales, y es que, a diferencia de ellos, disponemos de razón. Sin embargo, en la mayoría de los casos con los que me he encontrado en mi camino, adoptamos una actitud pasiva esperando que el cuerpo nos advierta para actuar en consecuencia. Por desgracia, en muchas ocasiones es demasiado tarde ya que hay aptitudes que son muy difíciles de cambiar a corto/medio plazo. Y es entonces cuando la gente se dice así misma: Si lo hubiera sabido antes…


 ¿Tenemos que verle las orejas al lobo para lograr un aprendizaje efectivo? Voy a hacer todo lo posible para que esto no sea así. Y el contexto, evidentemente, es el centro educativo. En edades tempranas, el cuerpo no advierte ya que, se está formando y “es de goma” como se suele decir coloquialmente. Tendremos que idear otras estrategias para concenciar a las juventudes de que el cuerpo humano, es frágil, hay que cuidarlo, y por supuesto para ello, hay que conocerlo.

3 comentarios:

  1. Desde luego como futuros profesores de educación física tenemos que hacer lo posible para conseguir, por lo menos, que los alumnos salgan de su etapa escolar siendo conscientes de la necesidad de conocer su cuerpo, sus dolencias y que es imprescindible la práctica de actividad física (en cualquiera de sus niveles y adaptada a cada persona) en la vida cotidiana. ¡¡Lo conseguiremos!!

    ResponderEliminar
  2. Miki coincidimos mucho en ambos post, muy complementarios. "¿Cómo interesarme por la actividad física, por mi vida saludable? Si lo único que hago en clase es correr para aprobar." Esta asignatura necesita un planteamiento distinto y pasa por nuestras manos. Genial post y gracias por compartir tu experiencia.

    ResponderEliminar
  3. Miguel coincido contigo , no conocemos nuestro cuerpo, ni tampoco nuestra alma.
    Semejante dejadez nos lleva a incorporarnos al movimiento del resto , pasando de nosotros mismos.¿Por qué no nos responsabilizamos de nuestro bienestar físico?, porque no hay tiempo para pararse y vernos.Estamos pendientes de instalarnos de nuevo en el sistema laboral y afectivo pero sólo pensamos en qué piensan los demás , como estoy yo respecto de tí.Así en estas comparaciones con el resto del mundo, mi cuerpo se resiente porque no le doy lo que necesita: descanso , deporte , cariño, reposo, ternura.La competitividad , el deseo desenfrenado de volver a la "normalidad" de instalarnos de nuevo deja al cuerpo tirado.Sólo queremos incorporarnos a la cadena del resto.Un abrazo

    ResponderEliminar