EL
TEXTO INSTRUCTIVO, UNA HERRAMIENTA PARA LLEGAR A LA EXPERIENCIA DE LA LECTURA
De los diversos instrumentos
inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son
extensiones de su cuerpo. Solo el libro es una extensión de la imaginación y la
memoria.
(Jorge Luis
Borges)
El
sistema educativo actual suele tener la lectura como una tarea más; tal vez
esta mirada no pueda cambiar, pero si puede aportar herramientas a los docentes
en su quehacer diario, de modo que elaboren estrategias que vayan más allá de
una nota o calificación, y lograr que la lectura sea una actividad agradable y placentera
en los estudiantes.
¿Por qué leemos?
¿Tiene algún sentido leer? Desde luego que algún rédito tendrá. Algunos creen
que leer potencia el intelecto. Mejora la memoria. Ejercita y despierta zonas
del cerebro que han sido adormecidas por horas y horas. Se dice que
la gente
que lee marca en el mundo una diferencia.
Se supone que uno debería disfrutar el acto de leer. Sin embargo, no siempre es así. A veces, parece que el esfuerzo de leer fuera un desafío intelectual comparable a nadar en mar abierto y llegar a un destino. Si uno lo atraviesa con éxito, es señal de que es alguien, pero si uno queda en el camino, es señal de que es un tonto.
Sabemos
que es notorio el auge de la tecnología y los videojuegos. Los estudiantes se
sienten movidos por lo que ofrecen los computadores, la informática y la
internet. Todo esto significa mucho para ellos más que la afinidad por la
lectura. Larrosa, en su texto La experiencia de la lectura, evidencia que el
leer puede llegar a transformar la vida y el mundo de los lectores. “No hay
lectura si no hay ese movimiento en el que algo, a veces de forma violenta,
vulnera lo que somos (Larrosa, 2003).
Con
lo anterior cabe preguntar si la lectura es un entrar a un mundo que nos mueve
y nos conmueve. Por ello es importante que el docente o maestro, guie al
estudiante a una experiencia significativa.
Con
el uso de manuales se busca desarrollar una buena clase en el aula, y los
planes de estudio de los colegios están constituidos por diferentes tipos de textos
entre ellos el instructivo, que enseña cómo es su estructura y la manera de
utilizarlo, pero no siempre indica el modo de interiorizarlo y emplearlo como
verdadera herramienta para transformar el mundo y la visión de los estudiantes.
Leer para seguir
procedimientos.
El texto instructivo tiene
la intención de dirigir las acciones del lector; es decir, se convierte en el
manual de instrucciones que están presentes diariamente en nuestra vida
cotidiana, tanto en la escuela como fuera de ella.
Estos
textos guían sobre como accionar algún aparato o sistema como, por ejemplo:
manuales de uso de tecnologías, guías de reparación de artefactos, etc. algunos
explican como elaborar algo a partir del seguimiento de instrucciones
utilizando ciertos elementos, dividiéndose el texto en la lista de materiales
requeridos y el procedimiento en sí. Como ejemplo están las recetas de cocina,
como usar un determinado producto (Ej. lámpara), las guías de tejido de
vestimenta con determinadas técnicas, manuales de construcción de muebles por
piezas, etc. El uso mismo de los medios tecnológicos nos exige seguir
instrucciones permitiéndonos el manejo de este tipo de textos instruccionales.
Estos textos, tienen el propósito de orientar los procedimientos en forma
detallada, clara y precisa para realizar alguna actividad ya sea simple o
compleja.
El
texto instructivo se define: como su nombre lo indica en un conjunto de
palabras que tiene como finalidad dar instrucciones, reglas u órdenes según el
caso, y el argumento del texto es que debe indicar a la persona, que debe
seguir un lineamiento pautado por quien lo redactó.
En
la mayoría de los espacios académicos los docentes usan este texto en el plan
de estudios, solo como herramienta para llenar planillas de notas o para
cumplir con un boletín. El
texto instructivo es muy útil y fácil de comprender. Dice Solé en su libro.
Estrategias para la lectura: “en este tipo de tarea, la lectura es un medio que debe permitirnos hacer algo concreto, para lo cual es necesaria leer las instrucciones que regulan un juego de mesa, las reglas de uso de un aparato, la receta de una tarta, las consignas para participar en un taller de experiencias, etc.”. Los textos instructivos pueden llegar a ser una gran herramienta, y en este caso, es absolutamente necesario leer todo el texto, además comprenderlo como requisito para lograr el fin propuesto. Una ventaja de este tipo de lectura es que el leer es significativo y funcional y, el estudiante lee porque siente la necesidad de hacerlo.
Una herramienta
eficaz en el aula
El
texto instructivo puede ser implementado en el aula como una receta, si se pide
a los estudiantes los ingredientes que en este caso pondremos como ejemplo: un
perro caliente, los niños tendrán interés por la clase; llegarán con la
expectativa sobre cuál va a ser el tema. Esta puede ser una actividad inicial
para entrar en materia, puede permitir la experiencia lectora, en la cual el
niño tendrá la oportunidad de leer para comprender los pasos que exige el
trabajo requerido. Los docentes por su parte, pueden crear un cuento en el cual
existan personajes fantásticos que se involucran con la prescripción del perro
caliente. Los estudiantes pueden
escribir la receta en su cuaderno y por último realizar la actividad. Es
necesario que se adecue el ambiente del salón para que los estudiantes vean,
usen los ingredientes y sigan el orden en que se agregan a la fórmula; los
ingredientes se pueden colocar en las mesas y trabajarse en grupos de tres
personas, dependiendo el número de estudiantes que se encuentren en el salón de
clases.
También podemos solicitarles a los chicos que:
1.-
Piensen en un postre o torta que hagan habitualmente. Tengan en cuenta los
ingredientes que lleva la receta, anótelos. Describan los pasos a seguir y los
numeren. Revisen si la información está completa. ¿Omitieron algún dato
relevante? ¿Están los pasos ordenados correctamente?
2.- Jueguen a las cartas con un amigo que desconoce el juego. Para ello,
deberán explicarlo con la mayor claridad posible. Pedirles que anoten todos los
detalles, dándole un formato claro y adecuado como para que cualquier persona
pueda leer las indicaciones y comprenderlo. Compartan la experiencia con un
amigo. ¿Entiende el juego? ¿Qué datos omitió? Vuelvan a redactar el
instructivo.
3.- Imaginen que tienen que explicar a una persona las normas de
funcionamiento de un cajero automático. Recuerden la secuencia de pasos, tomen
nota de ellos. Relean los mismos y realicen las correcciones necesarias.
Metodología
Con
el propósito de responder al problema se asumió el diseño de investigación
acción participativa (IAP), en
donde el método de estudio y acción de tipo cualitativo busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar
situaciones colectivas, basando la investigación en la participación de los
propios colectivos a investigar. Así, se trata de que los grupos de población o
colectivos a investigar pasen de ser “objeto” de estudio a “sujeto” protagonista
de la investigación, controlando e interactuando a lo largo del proceso
investigador (diseño, fases, evolución, acciones, propuestas), y necesitando
una implicación y convivencia del personal técnico investigador en la comunidad
a estudiar.
La
finalidad de la IAP consiste en apoyar la población para que sea autónoma,
confíe en sí misma, desarrolle su propia capacidad para que llegue a ser
autosuficiente. Sus actos son cognitivos y transformadores, ya que produce
conocimiento y este mismo se vincula con la acción social.
De
esta manera, se pondrá en práctica los conocimientos del docente que se
involucrará en el aprendizaje y generación de la experiencia lectora del
estudiante, utilizando esta herramienta como recurso didáctico y no como un
tema más del currículo.
Por
ello es conveniente observar la estructura del texto instructivo propuesto por
el Equipo Rosa Merino:
Antes
de escribir
- Recuerda y repasa mentalmente todos los pasos.
- Separa con un guión cada uno de los pasos a seguir.
- Utiliza el vocabulario adecuado, tienes que saber el
nombre técnico de cada elemento o acción del mismo.
- Organiza los pasos de manera secuenciada.
Cuando
estás escribiendo
- Organiza el escrito en dos partes, encabezados por un
sub-título que identifique su contenido.
- Numera cada uno de los pasos.
- Respeta en la redacción la secuencia cronológica de
los pasos del proceso.
- Utiliza los verbos en infinitivo, imperativo, o en 3ª
persona.
- Utiliza conectores cronológicos: para comenzar, en
primer lugar, en segundo lugar, finalmente…
- Utiliza palabras adecuadas al tema.
- Escribe con oraciones claras y sencillas.
Después
de escribir
- Lee tu escrito y observa si tu texto se entiende
claramente.
- Si es necesario, cambia nuevamente el orden de los
pasos, para que el procedimiento quede bien secuenciado.
- Corrige los errores ortográficos.
- Valora mentalmente el proceso: ¿Qué hiciste?, ¿Cómo lo
hiciste?, ¿Qué se te dificultó? ¿Cómo lo resolviste?
- Muéstralo a tus compañeros/as y pídeles que lo lean,
te digan sus apreciaciones y te den sugerencias para mejorarlo.
- Reescríbelo de acuerdo a los comentarios.
Como
se evidencia cada parte del texto instructivo tiene una parte muy importante,
es decir, si falta alguno de estos pasos es muy difícil que el lector comprenda
y llegue al fin propuesto.
Referencias bibliográficas
- Estructura de textos instructivos http://rosamerino2099.blogspot.com/
- Estrategias de la lectura Isabel Solé (2006).
- La Experiencia de Lectura Jorge Larrosa (2003).
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