sábado, 24 de febrero de 2018

¿Qué tipo de pedagogías se necesitan para el siglo XXI?

Se dice que en los últimos años hemos tenido un desarrollo más rápido que en varios siglos de historia. Esto parece evidente a poco que conozcamos nuestra historia y puede ayudarnos a pensar en cómo el ser humano se adapta a su propia evolución. Los cambios sociales, las normas morales, la tecnología, la facilidad de trasladarnos y de comunicación a nivel mundial hacen que la realidad que conocemos sea mucho más variada y compleja que para quienes vivían en los mismos lugares pero hace 300 o 400 años. Todo esto puede ser la base real del planteamiento de la pregunta de este artículo: ¿qué tipo de pedagogías se necesitan para el siglo XXI?
En el mundo que tan velozmente cambia, no se puede seguir enseñando ni lo mismo ni de la misma forma que se hacía hace, digamos solo, 100 años. Por tanto, el hecho mismo de cuestionarse esta necesidad ya es un paso hacia la mejoría. Pero, evidentemente, no hay que quedarse en la pregunta sino buscar respuestas. El artículo de Cynthia Luna Scott hace un recorrido por las diferentes necesidades presentes en el mundo de hoy pero en vistas al mañana. Ya en estos años se han detectado cambios tan importantes a todos los niveles (social, político, religioso, económico, cultural), que hacen necesario un replanteamiento de cómo se están afrontando, entendiendo que quizás no estamos suficientemente preparados para hacerlo de forma adecuada.
La educación, si es el proceso por el cual la persona va desarrollando sus capacidades, requiere hoy en día que esté orientada a la forma de vida que tenemos y tendremos a partir de ahora. No se trata de conocer todo, ya que la información es tan sobreabundante que es casi imposible. Más bien habrá que desarrollar la capacidad de autoaprendizaje para buscar, seleccionar y ordenar la información necesaria para el fin que se pretende, ya sea en el trabajo, en casa o para resolver una situación inesperada en la calle. El niño de hoy, que es el adulto del mañana, necesita que se le ayude a descubrir y aprender a relacionarse con lo que le rodea, pero debe hacerlo él mismo. No se trata de “dárselo hecho”. Sólo así la capacidad de admiración será el motor de su propio aprendizaje y éste será continuo y sin final. Cuando se le da al niño lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo, cuando se le dice cómo son las cosas, poco más puede hacer él.

En este sentido, el profesor se convierte en un promotor, acompañante y orientador del aprendizaje. No es quien da las soluciones, sino quien propone las preguntas. Y esta tarea no es fácil, porque no es fácil presentar las preguntas adecuadas para captar el interés y mover al deseo de conocer. Este es el reto de los maestros actuales y del futuro próximo. Las pedagogías del siglo XXI surgen de aquellos profesores que entienden este nuevo rol y se atreven a ponerlo en práctica. Sin olvidar que, al mismo tiempo, los responsables últimos de la educación, los gobernantes, deben apoyar con las leyes de forma que se valore y facilite la nueva forma de llevar a cabo la educación de las nuevas generaciones.
Escrito por: Jesús Martín López, Alejandro Mansino Farraces, Álvaro Magén Gálvez

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