domingo, 25 de febrero de 2018

Experiencias singulares en centros adaptados a personas con deficiencia visual



La inclusión de los alumnos con ceguera o deficiencia visual grave en el sistema educativo español es uno de los objetivos fundamentales del servicio educativo de la ONCE, los cuales consideran que el modelo de intervención actual que se lleva a cabo en España con dicho alumnado, está posibilitando su inclusión académica y social. Se basa en la inclusión educativa, precepto que se recoge en la actual legislación educativa, y que es de debido cumplimiento para todas las Administraciones Educativas.
Actualmente, en España, más del 98% del alumnado con discapacidad visual se escolariza en colegios ordinarios, en su pueblo, barrio o ciudad de residencia, siguiendo el currículo escolar oficial.
Para lograrlo, la ONCE firma convenios de colaboración en materia educativa con todas las administraciones educativas de las comunidades autónomas. A través de estos convenios, los alumnos cuentan con todos los recursos del sistema ordinario y, además, los específicos de la ONCE a través de sus Centros de Recursos Educativos (CRE), ubicados en Alicante, Barcelona, Madrid, Pontevedra y Sevilla, que prestan servicios de atención directa y servicios complementarios.
Este alumnado recibe una atención complementaria en función de sus necesidades específicas relacionadas con la discapacidad visual (enseñanza del sistema braille, nuevas tecnologías, autonomía personal, orientación y movilidad, competencia social, etc.), que es la que le proporcionan los profesionales especializados de los Equipos Específicos de atención educativa a la discapacidad visual.

El objetivo es conseguir la mayor normalización e inclusión del menor en el entorno familiar, social y educativo. Para ello, la ONCE propone las siguientes actividades:

  • Valoración diagnóstica de las capacidades y dificultades del menor.
  • Acogida y acompañamiento a la familia, si lo necesita.
  • Asesoramiento especializado sobre las necesidades del niño y la familia.
  • Orientación sobre el programa de intervención.
  •  Intervención de profesionales especializados que conforman Equipos Específicos compuestos por diversos profesionales (psicólogos, maestros, terapeutas, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación...).
  • Coordinación con otros centros, escuelas y servicios de atención temprana.
  • Información sobre los recursos existentes.

La web de la ONCE recoge un apartado donde se puede encontrar recursos y distintos materiales educativos, dirigidos a alumnado con discapacidad visual:

La accesibilidad de los colegios es otro factor a tener en cuenta y clave para la inclusión social ya no solo del alumnado sino también del resto de la comunidad. La mayoría de herramientas tanto de orientación como de comunicación que utilizamos a diario son visuales, “una imagen vale más que mil palabras” es algo que tenemos enraizado profundamente en nuestra sociedad.
Conseguir que nuestro alumnado sea autónomo y pueda disfrutar como sus compañeros del aula, el recreo y los demás espacios debe ser una de nuestras prioridades, si no la más importante. La ONCE tiene varias pautas que se deben llevar a cabo para diseñar entornos accesibles:

a) Posibilitar la orientación en los espacios.
b) Facilitar la localización de puntos de interés, objetos, etc.
c) Minimizar los peligros y alertar de posibles riesgos.
d) Recibir de forma comprensible la información disponible para realizar acciones, tomar decisiones, etc.
e) Compensar las carencias para percibir los contenidos que son puramente visuales.

Las medidas se encuentran recogidas en las distintas normativas, documentos técnicos y manuales y contemplan aspectos:
  • Visuales: muchas personas conservan un resto de visión y un adecuado diseño ambiental permite su uso eficiente. En la planificación del entorno debe tenerse en cuenta el tamaño de los objetos y rótulos, colocándolos de forma que se facilite el acercamiento, utilizando colores que hagan el entorno más visible y realizando combinaciones de contraste cromático que permitan la rápida visualización, evitando los reflejos y utilizando correctamente la iluminación de los espacios.
  • Auditivos: que facilitan la orientación en los desplazamientos y permiten recibir información de alerta de posibles peligros.
  • Táctiles: la instalación de texturas diferentes permite identificar o discriminar distintos espacios, descubrir el lugar en que se encuentra, así como estudiar los terrenos y las superficies por las que se desplaza para resolver de una manera satisfactoria la mayoría de las situaciones.

BUENAS PRÁCTICAS

En el Colegio Público El Sol en Madrid se ha llevado a cabo un programa de inclusión para alumnos con distintas dificultades entre las que se encuentra la deficiencia visual:

Otro ejemplo de buenas prácticas es la Escuela para Ciegos y Deficientes Visuales de Texas, que presta servicios a estudiantes con deficiencia visual. Lleva revitalizando su campus desde 1916.


A lo largo del proceso de diseño, GSC Architects estudió la efectividad visual de ciertas combinaciones de colores, exageró el contraste de los colores interiores y fue estratégico con la ubicación de los límites visuales, como las superficies oscuras del suelo, que permiten a los estudiantes identificar los cambios en la composición espacial. El uso de colores brillantes y contrastantes ayuda a los estudiantes a discernir formas y patrones, y fue una herramienta importante en el diseño del sistema de orientación de todo el campus. GSC lo extendió mediante el cambio de materiales en los senderos, lo que permite a los estudiantes detectar cambios de dirección y puntos de cruce sin el uso de elementos visuales.

Con estas renovaciones, todas las áreas son totalmente accesibles, lo que permite que la comunidad estudiantil se expanda a todas las áreas del campus.









Esto solamente son un par de ejemplos de cómo se podría adaptar la arquitectura y la enseñanza a alumnos con deficiencias visuales, haciendo una escuela inclusiva.
Considero que estas buenas prácticas se deberían hacer extensivas a todos los colegios de nueva construcción o remodelaciones que se efectúen en los ya existentes. Esto haría que cualquier niño pueda estudiar en cualquier colegio y, como he leído recientemente, “si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión sino de convivencia”

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