La inclusión de los alumnos con ceguera o deficiencia visual
grave en el sistema educativo español es uno de los objetivos fundamentales del
servicio educativo de la ONCE, los cuales consideran que el modelo de intervención
actual que se lleva a cabo en España con dicho alumnado, está posibilitando su
inclusión académica y social. Se basa en la inclusión educativa, precepto que
se recoge en la actual legislación educativa, y que es de debido cumplimiento
para todas las Administraciones Educativas.
Actualmente, en España, más del 98% del alumnado con
discapacidad visual se escolariza en colegios ordinarios, en su pueblo, barrio
o ciudad de residencia, siguiendo el currículo escolar oficial.
Para lograrlo, la ONCE firma convenios de colaboración en
materia educativa con todas las administraciones educativas de las comunidades
autónomas. A través de estos convenios, los alumnos cuentan con todos los
recursos del sistema ordinario y, además, los específicos de la ONCE a través
de sus Centros de Recursos Educativos (CRE), ubicados en Alicante, Barcelona,
Madrid, Pontevedra y Sevilla, que prestan servicios de atención directa y
servicios complementarios.
Este alumnado recibe una atención complementaria en función
de sus necesidades específicas relacionadas con la discapacidad visual
(enseñanza del sistema braille, nuevas tecnologías, autonomía personal,
orientación y movilidad, competencia social, etc.), que es la que le
proporcionan los profesionales especializados de los Equipos Específicos de
atención educativa a la discapacidad visual.
El objetivo es conseguir la mayor normalización e inclusión
del menor en el entorno familiar, social y educativo. Para ello, la ONCE
propone las siguientes actividades:
- Valoración diagnóstica de las capacidades y dificultades del menor.
- Acogida y acompañamiento a la familia, si lo necesita.
- Asesoramiento especializado sobre las necesidades del niño y la familia.
- Orientación sobre el programa de intervención.
- Intervención de profesionales especializados que conforman Equipos Específicos compuestos por diversos profesionales (psicólogos, maestros, terapeutas, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación...).
- Coordinación con otros centros, escuelas y servicios de atención temprana.
- Información sobre los recursos existentes.
La web de la ONCE recoge un apartado donde se puede
encontrar recursos y distintos materiales educativos, dirigidos a alumnado con
discapacidad visual:
La accesibilidad de los colegios es otro factor a tener en
cuenta y clave para la inclusión social ya no solo del alumnado sino también
del resto de la comunidad. La mayoría de herramientas tanto de orientación como
de comunicación que utilizamos a diario son visuales, “una imagen vale más que
mil palabras” es algo que tenemos enraizado profundamente en nuestra sociedad.
Conseguir que nuestro alumnado sea autónomo y pueda
disfrutar como sus compañeros del aula, el recreo y los demás espacios debe ser
una de nuestras prioridades, si no la más importante. La ONCE tiene varias
pautas que se deben llevar a cabo para diseñar entornos accesibles:
a) Posibilitar la orientación en los espacios.
b) Facilitar la localización de puntos de interés, objetos,
etc.
c) Minimizar los peligros y alertar de posibles riesgos.
d) Recibir de forma comprensible la información disponible
para realizar acciones, tomar decisiones, etc.
e) Compensar las carencias para percibir los contenidos que
son puramente visuales.
Las medidas se encuentran recogidas en las distintas
normativas, documentos técnicos y manuales y contemplan aspectos:
- Visuales: muchas personas conservan un resto de visión y un adecuado diseño ambiental permite su uso eficiente. En la planificación del entorno debe tenerse en cuenta el tamaño de los objetos y rótulos, colocándolos de forma que se facilite el acercamiento, utilizando colores que hagan el entorno más visible y realizando combinaciones de contraste cromático que permitan la rápida visualización, evitando los reflejos y utilizando correctamente la iluminación de los espacios.
- Auditivos: que facilitan la orientación en los desplazamientos y permiten recibir información de alerta de posibles peligros.
- Táctiles: la instalación de texturas diferentes permite identificar o discriminar distintos espacios, descubrir el lugar en que se encuentra, así como estudiar los terrenos y las superficies por las que se desplaza para resolver de una manera satisfactoria la mayoría de las situaciones.
BUENAS PRÁCTICAS
En el Colegio Público El Sol en Madrid se ha llevado a cabo
un programa de inclusión para alumnos con distintas dificultades entre las que
se encuentra la deficiencia visual:
Otro ejemplo de buenas prácticas es la Escuela para Ciegos y
Deficientes Visuales de Texas, que presta servicios a estudiantes con deficiencia
visual. Lleva revitalizando su campus desde 1916.
A lo largo del proceso de diseño, GSC Architects estudió la
efectividad visual de ciertas combinaciones de colores, exageró el contraste de
los colores interiores y fue estratégico con la ubicación de los límites
visuales, como las superficies oscuras del suelo, que permiten a los
estudiantes identificar los cambios en la composición espacial. El uso de
colores brillantes y contrastantes ayuda a los estudiantes a discernir formas y
patrones, y fue una herramienta importante en el diseño del sistema de
orientación de todo el campus. GSC lo extendió mediante el cambio de materiales
en los senderos, lo que permite a los estudiantes detectar cambios de dirección
y puntos de cruce sin el uso de elementos visuales.
Con estas renovaciones, todas las áreas son totalmente
accesibles, lo que permite que la comunidad estudiantil se expanda a todas las
áreas del campus.
Esto solamente son un par de ejemplos de cómo se podría
adaptar la arquitectura y la enseñanza a alumnos con deficiencias visuales,
haciendo una escuela inclusiva.
Considero que estas buenas prácticas se deberían hacer
extensivas a todos los colegios de nueva construcción o remodelaciones que se
efectúen en los ya existentes. Esto haría que cualquier niño pueda estudiar en
cualquier colegio y, como he leído recientemente, “si enseñamos a los niños a
aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión sino
de convivencia”
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