viernes, 23 de febrero de 2018

EL MOVIMIENTO SLOW SCHOOLS

El movimiento slow schools se original del movimiento Slow food, en los años 80 en Italia. En esta década, McDonalds abrió una franquicia cerca de Plaza de España en Roma. Carlo Petrini hizo una demostración con boles de pasta para hacer una protesta ante la construcción de la franquicia. La protesta tuvo un gran éxito, y poco después Petrini fundó el movimiento internacional de Slow Food, la cual va en contra de toda comida rápida.

El objetivo del movimiento Slow Food es conseguir que producción de comida rápida frene para poder preservar la gastronomía tradicional en nuestra cultura y volver al ritmo previo, para poder disfrutar más de la vida. Y este mismo movimiento se ha extendido a otros aspectos en nuestra sociedad, a las ciudades, (Slow Cities), al trabajo (Slow Work), a la enseñanza (Slow School o Slow Education), etc.

El movimiento slow school nace en el año 2002. Favorece que la mejor manera de estudiar sea a un ritmo lento, para poder saber bien todo lo que se está estudiando, teniendo en cuenta tanto los resultados obtenidos como todo el proceso de aprendizaje. Siguiendo este movimiento “slow”, los ritmos de aprendizaje se asocian a la edad, madurez, motivación, etc. El movimiento intenta ayudar al alumno a estudiar con un enfoque más cualitativo en vez de enfocarse en la cantidad de información que deba aprender el alumno, adaptándose a los tiempos necesitados del alumno y no de la escuela. Intenta priorizar las actividades que una persona necesita para su desarrollo, para que pueda disfrutar de todas las actividades, y dejar de acelerar a los alumnos en que hagan demasiadas cosas en tan poco tiempo. Con este movimiento, ayudará a los alumnos a entrar a la escuela con más motivación, lo cual les ayudará a un aprendizaje mayor.

Los colegios de hoy en día se les puede considerar “Fast Schools”, las cuales no se las considera unos colegios interesados en la preparación y el proceso en la educación de los alumnos, sino más en los resultados finales. Si lo comparamos con el movimiento Fast food, también está enfocado solo al resultado final que causa un producto, la atención del cliente, una subida de las ventas, y un mayor consumo. Ninguno de estos les da tiempo a parar y disfrutar más, con esto se consigue que la gente no pause sus vidas, sino a poder hacer más cosas durante el día. Y con este movimiento, es que la población sea más consciente, a tomarse el tiempo en hacer todas las actividades que requieran para un mayor disfrute.

Por ello, se ha traspasado este movimiento a los colegios, porque algunas escuelas se han dado cuenta que todos se está haciendo demasiado rápido. Este proyecto va destinado a niños del segundo ciclo de Educación Infantil, edades entre los 3 y 6 años. Hoy en día existen ciertas escuelas en España que siguen este movimiento Slow. Estos colegios son La escuela Xixupika Slow Centre, Waldorf, Montessori y el Colegio Andolina en la que su educación se basa en la importancia de los valores para que puedan construir y entrar en un mundo mejor.

Otros colegios de la Educación Lenta en España son el Xixupika Slow Centre, Espacio libre de juego libre, en Bilbao. Este colegio permite a los alumnos jugar con total libertad con la cual ayuda a desarrollar su habilidad de aprendizaje.

Otro colegio se encuentra en Gijón, el Colegio Andolina, un centro privado. En esta escuela solo tienen as etapas de educación infantil y educación primaria. El colegio fue formado por un grupo de familias sin que tuviera un fin económico.

El objetivo con este movimiento es que en los colegios que lo imparten no trabajan ni tienen unos horarios fijos, aquí les enseñan a apagar el ordenador o televisión y jugar, mirar por la ventana, explorar, etc. Les ayuda a poder descubrir el mundo de una manera más natural, sin obligaciones, para que tengan el tiempo suficiente para poder aburrirse y comenzar a usar su imaginación. Los padres de hoy en día se empeñan en que sus hijos hagan muchas actividades para que nunca estén aburridos por eso siempre están ocupados con actividades extra escolares. Pero en ese sentido, los padres no se dan cuenta que con ese ritmo de vida, el niño está más estresado, porque cuanto más crezca, mas obligaciones tendrá, más estudio, y no habrá podido disfrutar de pequeño, jugando con amigos en su tiempo libre, y perderse en un mundo imaginario infinito.

No todos los colegios tradicionales se adaptan a los perfiles de todos los alumnos. Los colegios piden demasiado de los alumnos, y que ellos se adapten al nivel del colegio, pero nunca se puede pedir lo mismo a todas las personas. Cada ser humano es completamente distinto, y no deberían ser los alumnos quienes se deban poner al nivel de exigencia de las escuelas, sino al revés. Y se puede ver en los colegios que los chicos necesitan más tiempo para aprender, menos cantidad y más apoyo.

A través de este movimiento los alumnos obtienen la competencia básica aprender a aprender. Se les da oportunidad para escuchar no solo lo que otros han aprendido, sino también a saber cómo usar esa información para argumentar y debatir, de este modo podrán disfrutar más del aprendizaje. Estos colegios se ha podido construir huertos, donde los alumnos pueden experimentar y aprender todos los aspectos de la naturaleza y la agricultura. Después con la cosecha recolectada, lo traen al aula y preparan una alimentación mucho más sana con el uso de esta comida orgánica.
Por ello, este movimiento debería ser implantado en todas las escuelas para que no solo los docentes enseñen con más comodidad, sino que los alumnos finalmente puedan disfrutar de las escuelas y de la enseñanza. Los alumnos de hoy en día se sienten oprimidos por la cantidad de información que deben obtener, a través de este método, yendo más lentos, podrán estar más relajados y con mayor motivación. Esto es lo que más debería importar en las escuelas.


1 comentario:

  1. Una estupenda propuesta que sería interesante hacer extensiva a la escuela infantil en general, si bien es cierto que su implantación debe ser progresiva, ya que no es fácil cambiar todo el sistema.
    Por Marta Ortiz

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