Muchas son las reformas y cambios
que se han llevado a cabo en los últimos años para intentar mejorar el sistema
educativo español. De la necesidad de una renovación de las escuelas
tradicionales, donde predomina la clase magistral y el aprendizaje memorístico
de contenidos estipulados e impuestos por las diferentes leyes y decretos
educativos, surgen las escuelas denominadas libres. Este tipo de escuelas
promueve una educación donde el alumno sea el verdadero protagonista de su
aprendizaje, y pueda desarrollar capacidades como la investigación, el trabajo
en grupo o la innovación.
A continuación, vamos a comparar un
día cualquiera en un centro que se puede considerar una escuela libre con un
día en una escuela tradicional, de las que más abundan en España.
O Pelouro, es una escuela libre concertada
y gratuita, situada en Caldelas del Tuy (Pontevedra). A ella asisten unos 100
niños con edades comprendidas entre los 3 y 12 años.
Su jornada empieza con una asamblea
conjunta, donde profesores, padres que quieran acudir y alumnos de todas las edades se sientan en
círculo y cantan una canción que les recuerda que ellos son los protagonistas
de O Pelouro.
¡Mirad, mirad aquí en mi cerebro, sí
Yo voy a inventar un nuevo proyecto
Yo soy quien elige y toma la decisión
Invito a compañeros y entramos en acción!
A continuación, se tapan los ojos y
se ponen a pensar durante unos tres minutos lo que desean y van a hacer a lo
largo del día. Por turnos, se levantan y van exponiendo sus proyectos, y una
vez que acaban empiezan o continúan con su labor, ya sea de manera
individual o en grupo.
Los maestros mientras, van tomando
nota de lo que van diciendo los alumnos, su labor aquí consiste en facilitar,
mediar, apoyar, y sobre todo, acompañar al niño en su aprendizaje. Con esta
observación, los maestros detectan las lagunas que puedan tener y se acercan a
ellos para intentar mejorar y motivarles a que adquieran aquello que les falte.
Durante el día, los alumnos se
mueven por la escuela y sus diferentes rincones libremente, ya que disponen de
recursos audiovisuales, libros y enciclopedias de consulta, mesas de trabajo,
cocina, huerto, juegos…
Los proyectos que realizan los
alumnos son de temas muy diversos, elegidos por ellos mismos según sus gustos y
motivaciones. Se pueden encontrar tareas desde cocinar, a construir un circuito
eléctrico, investigar sobre la antigua Grecia, e incluso pueden ejercer de
profesores y enseñar a sus compañeros más pequeños. Todos estos trabajos se
exponen a sus compañeros y a sus maestros.
Por último, y no por ello menos
importante, al final de la tarea llevada a cabo se procede a la evaluación,
donde los alumnos se autoevalúan diferentes aspectos como la motivación, la
emoción, su curiosidad, la organización, el resultado…
Ahora vamos a ver cómo es una
jornada en la mayoría de los centros considerados tradicionales.
Los alumnos entran por la mañana y
cada uno va a su clase de unos 25 alumnos distribuidos por edades. Presentan
un horario estricto y establecido según la ley, donde predominan las sesiones
de 45 minutos con media hora de descanso, repleto de materias impuestas con
contenidos marcados, y con una rutina parecida.
Esta rutina la podemos resumir en:
corregir los deberes del día anterior, explicación de nuevos conceptos por parte
del profesor a todos los alumnos, resolución de dudas, realización de
ejercicios, mandar deberes.
La evaluación suele consistir en un
examen de los contenidos trabajados, donde el profesor pone la nota de la que
luego se hacen las medias de las respectivas materias. Además, hay que añadir
que a día de hoy se suele dar mucha importancia a las pruebas externas que la
administración educativa realiza en determinados cursos y que marcan el nivel
de los alumnos y del centro escolar en relación con otros alumnos y centros.
Como se puede observar, nada tiene
que ver una escuela con otra, pero es aquí donde empiezan las dudas por parte
de docentes y familias. ¿Pueden los alumnos aprender lo necesario en una
escuela libre? ¿Estarán lo suficientemente preparados para enfrentarse a cursos
superiores fuera de la escuela?
En mi opinión, no cabe duda de que
a día de hoy la escuela tradicional tiene un modelo de enseñanza obsoleto,
anticuado, y fuera de la realidad en la que nos encontramos. Tenemos en las
escuelas alumnos desmotivados que según van creciendo van abandonando más y más
los estudios. El
cambio por lo tanto es necesario e imprescindible. En este tipo de escuelas,
considero que los alumnos se encuentran con una mayor motivación, lo que
supondrá un mayor esfuerzo por su parte, que dará como resultado un mayor
aprendizaje. Además, se trabajan una serie de competencias que se les requerirán cuando vayan a la universidad o busquen trabajo, como el trabajo en equipo, la
organización de su trabajo, la investigación y la realización de ideas y
proyectos nuevos e innovadores.
Por otro lado, creo que este
alumnado puede enfrentarse a una metodología más tradicional y a unos exámenes
para conseguir los títulos necesarios, ya que tienen herramientas para poder
adquirir esos nuevos conocimientos si es que aún no los poseen.
Si os interesa el tema aquí tenéis una entrevista con los protagonistas de O Pelouro:
O la visita de César Bona a esta escuela libre:
Ahora os toca dar vuestra opinión, ¿creéis que los niños dejados libremente tendrán interés y motivación por aprender? ¿Podrán incorporarse sin dificultades a la educación secundaria? ¿Aumentará el número de escuelas como esta? ¿Llevaríais a vuestros hijos/as a una?
Para muchos niños, la escuela tradicional es un suplicio. Sentados y sin que se muevan a llenar la memoria de contenidos.... Su naturaleza les pide lo contrario y los contenidos en una escuela libre entran por los 5 sentidos, no por sobrecargar la memoria. Ahora bien, deben estar tutelados, y dirigidos para desarrollar las competencias de los planes de estudios.
ResponderEliminarCurioso es también que a estas nuevas escuelas se les llame "libres", cómo se deberían llamar entonces las tradicionales, ¿prisioneras?.....
¡Felicidades por el post, Alicia! Muy bueno :)
ResponderEliminarLas cuestiones que haces al final son clave. Yo también me las planteé mientras escribía sobre este mismo tema. Pienso que el concepto de "libertad" de primeras motiva. Aunque, como ya dijera Erich Fromm, da miedo. Desde ahí apoyo la postura de mi tocayo. Cualquier espacio físico que se venda como educativo ha de estar dirigido, aunque sea mínimamente. Siendo esto así, no creo que los niños y niñas tengan problemas para incorporarse después a secundaria y siguientes niveles educativos. Al estar más conectados con la realidad, pienso que también tendrán mayor facilidad para incorporarse al mundo laboral. Si esto efectivamente es así y se difunden los buenos resultados, los padres y las madres no tardarán en contar con estos centros como primera opción. Y ya sabemos, si la demanda aumenta, la oferta lo hará también.
Un afectuoso saludo ;)
¡Tremendo Alicia! Muy interesante, sin duda apostaría también por nuevas metodologías que construyan alrededor del niño herramientas para apoyar y mediar en su aprendizaje, y no modelos obsoletos que alimentan como dices, la desmotivación de algunos alumnos. Sin duda y respondiéndote, llevaría a mis hijos a un colegio con esta metodología, me parece muy interesante y les darían herramientas y destrezas para la vida real.
ResponderEliminar