miércoles, 24 de enero de 2018

Proyectos ecológicos de Educación Secundaria: Ecoescuelas



Un clic
Desde mi niñez tuve la suerte de ser muy sensible a la naturaleza y los seres vivos. Probablemente algo tuvo que ver que desde los 2 años mis padres me llevaran al campo y pasara cada fin de semana entre árboles y pájaros.

Cierto día me encontraba haciendo los deberes en casa, entre asfalto y ladrillo, mientras mis padres veían las noticias: la guerra del Golfo Pérsico. Apareció en la tele una escena inolvidable. Un ave trataba de emprender el vuelo, impotente, envuelta en una masa negra y pegajosa: petróleo. Sentí rabia, tristeza, y la misma impotencia que ese ave luchando por mantenerse con vida. El mismo petróleo que se había convertido en su trampa, era el que permitía que yo hiciera mis tareas con la calefacción encendida, o el que hacía funcionar mi coche para llevarme al campo cada fin de semana.

...clic
Y entonces... clic. Aquella imagen me hizo plantearme el poder destructor del ser humano, pero sobre todo me hizo cuestionarme qué podemos hacer para cambiarlo. Quería contarle a los demás qué estamos haciendo mal y qué podemos hacer por nuestro planeta. En definitiva, quería mejorar el mundo. Era un tiempo en que se hablaba del agujero de la capa de ozono y no os imagináis lo pesada que fui con mis padres hasta que cambiaron nuestro frigorífico por uno sin CFCs. Después vino el reciclaje del papel. Y así, pasito a pasito, se fue generando el clic en mis padres.

Este potencial papel de educador ambiental de los niños y adolescentes, fue el motor de una iniciativa que constituye un referente mundial en ecología y educación: las Ecoescuelas.


Ecoescuelas

Imagen relacionada Tras licenciarme, y en un momento el que nos cuestionabamos el éxito del protocolo de Kioto o la conservación del medio ambiente urbano, tuve la fortuna de conocer ADEAC (Asociación De Educación Ambiental y del Consumidor) en la que me integré como colaboradora. ADEAC forma parte de la FEE (Foundation for Environmental Education), que actualmente agrupa a 74 ONGs, como miembros o asociadas. Uno de los programas que desarrollan es Ecoescuelas.

El programa nació en 1994 a escala internacional con el objetivo de introducir y/o fomentar la educación ambiental para el desarrollo sostenible y la gestión y certificación ambiental en los centros de educación infantil, primaria y secundaria. Iniciada como una campaña europea, en la actualidad, Ecoescuelas tiene una dimensión más internacional, gracias a que la FEE desarrolla acuerdos con ONGs en otras regiones del globo.

A principios de 2002, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-UNEP) terminó de redactar el Acuerdo Oficial con FEE y ADEAC para el apoyo y extensión de Ecoescuelas a nivel mundial, con especial atención a los Países en Vías de Desarrollo.

Ecoescuelas cuenta hoy con más de  51.000 centros participantes en 67 países de los 5 continentes. Su enfoque simple permite que esta iniciativa se haya extendido rápidamente, abarcando cada vez más países y con una incorporación ininterrumpida de nuevos miembros. 

 Mapa de las ONG adheridas a FEE
        
¿En qué consiste una Ecoescuela?
Una Ecoescuela es un centro educativo en el que se desarrolla un proceso de mejora ambiental, mediante la investigación a través de una auditoría y posterior corrección de las deficiencias detectadas, que implica así mismo una mejora en la práctica educativa.
 

El punto de partida es el estudio por parte del alumnado y del resto de la comunidad educativa, de  la situación real del centro, con respecto a la gestión de los residuos, el gasto energético, el uso del agua, la calidad de las relaciones humanas... y, a partir de ese conocimiento,  establecer un compromiso o Plan de Acción, que resuelva los problemas ambientales detectados. En este proceso, cada centro debe implicar a todas las personas que trabajan y conviven en él.

Trasciende además los propios límites del centro, incorporando a otros agentes del ámbito extraescolar: familias, barrio, ayuntamientos y/o asociaciones. La participación es uno de los puntos clave de las Ecoescuelas, estableciéndose relaciones de aprendizaje horizontales, en las que el alumno es también protagonista y consigue la implicación del resto de actores, e incluso llega a integrarse en otras estrategias ambientales y de conservación de la naturaleza, como la Red Natura 2000 o las Reservas de la Biosfera.


En este sentido, la metodología es muy parecida a la de los sistemas de gestión de calidad (ISO 9001) o los sistemas de gestión ambiental (EMAS, ISO 14001), recogiendo unos elementos comunes o pasos consensuados a nivel internacional, en un proceso que dura 3 años (Fuente: ADEAC):

1.COMITÉ AMBIENTAL
Los centros deben formar un Comité Ambiental, elegido de forma autónoma y democrática, con representación del alumnado, profesorado, madres y padres, personal directivo, administrativo, mantenimiento, pudiendo contar con representación de responsables municipales o de alguna asociación.



2. AUDITORÍA AMBIENTAL
Cada Comité Ambiental coordina la realización de un análisis de la situación de partida del centro escolar y su entorno en materia ambiental, mediante un cuestionario elaborado por ADEAC. Esta auditoría ambiental permite detectar y analizar las necesidades y consiguientes prioridades ambientales, de modo que ayude a la posterior elaboración y determinación de los planes de acción.
   
3. PLAN DE ACCIÓN
Tras la evaluación de los resultados de la auditoría ambiental, el Comité elabora anualmente un Plan de Acción, donde aborda algunos de los tres temas básicos:

El primero se basa en principios básicos de consumo: reducción, reciclaje, recogida;
 
 

 
el segundo incide en la utilización de los recursos hídricos


y el último en la eficiencia energética.



De manera opcional en algunos centros educativos se incluyen otros temas adicionales: “Biodiversidad”, “Consumo responsable”, “Cooperación Internacional” y “Comercio Justo”.
En el Plan de Acción, se establecen objetivos, metas y fechas para la puesta en práctica de acciones e iniciativas, que supongan una mejora del centro escolar y del entorno social y ambiental del centro.
   
4. CÓDIGO DE CONDUCTA
Paralelamente a la definición del Plan de Acción, el Comité Ambiental definirá un Código de Conducta, a partir de las propuestas de las distintas clases o grupos, estando relacionado con el Plan de Acción y con el Tema Básico seleccionado. Tiene por objetivo el cumplimiento de los objetivos del Plan de Acción, una especie de decálogo de la Ecoescuela.
   
5. INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN

El objetivo es que los trabajos y resultados en los distintos centros sean conocidos por la comunidad escolar y local, así como por otros centros de la Red de Ecoescuelas.
   
6. CONTROL Y EVALUACIÓN
Paralelamente los alumnos participan en la verificación de su grado de cumplimiento. Una vez que los centros escolares han desarrollado su Plan de Acción anual son evaluados por un Jurado integrado por miembros de ADEAC, con la colaboración de expertos y de personal técnico de las administraciones.
   
7. BANDERA VERDE
Los centros participantes, anualmente presentan una memoria a ADEAC, para su evaluación. Los centros que pasan la evaluación se adhieren a Ecoescuelas y obtienen una certificación por un período de tres años: la Bandera Verde, muy similar a las Banderas Azules que se otorgan a aquellas playas con un compromiso ambiental (proyecto que por cierto también desarrolla la FEE). 

Entrega de la Bandera Verde

Somos Ecoescuela, ¿y ahora qué?
Una vez los centros se configuran como Ecoescuelas, pasan a formar parte de la Red de Ecoescuelas en España. Esta red organiza encuentros a nivel autonómico y nacional, e internacional, a través de la Red Internacional de Ecoescuelas. El último de estos encuentros tuvo lugar entre el 17 y el 19 de noviembre de 2017 en París, con participantes de 60 países diferentes, con el propósito de discutir e intercambiar experiencias, y aportar sus propias ideas y propuestas al resto de participantes de la red.
El trabajo en red y el intercambio de ideas, materiales, y experiencias son una de las señas de identidad de la Red de Ecoescuelas. Fruto de estos encuentros se elaboran documentos que recopilan ideas para que el resto de centros puedan implementarlas.  

Por otro lado, Ecoescuelas está permanentemente desarrollando campañas. En este momento se están trabajando las campañas "Litter less" y "The Great Plan Hunt", sobre generación de residuos y biodiversidad botánica, respectivamente.

Es decir, la Ecoescuela no termina una vez el centro recibe la Bandera Verde, sino todo lo contrario.


Las claves del éxito de Ecoescuelas
Obviamente, el programa funciona porque cumple su objetivo primordial: mejorar la conciencia ambiental, e integrar los conocimientos en educación ambiental en la vida cotidiana. ¿Y por qué lo consigue? 

Hace unos años trabajé como técnico para la Red de Centros de Educación Ambiental (CEA) de la CAM. Mi trabajo se desarrollaba en dos ámbitos: 
1) con centros escolares de toda la CAM, con actividades puntuales,  a razón de una por año, y en la que los alumnos se desplazaban a nuestro centro; y 
2) con centros escolares del área de nuestro CEA, con proyectos continuados y actividades durante todo el año, y en el propio aula o en el entorno inmediato.
Al terminar el primer curso concluí cómo las actividades puntuales eran prácticamente inconexas -una excursión más- mientras que en los programas continuados las actividades desarrolladas acababan integrándose  en el alumno, el profesorado y el centro. La duración del proyecto determinaba en cierta manera el éxito del mismo y la implicación de los alumnos en cada una de las actividades. En mi opinión esta es una de las claves del éxito de Ecoescuelas: tres años trabajando la educación ambiental, que llevan consigo una mayor integración de los conocimientos en esta materia, que acaban por transferirse a su vida escolar cotidiana, y finalmente a sus familias y círculos sociales.

    
Otra de las claves del éxito de Ecoescuelas es la participación. En todo proyecto comunitario es vital dar voz a los colectivos implicados: no es lo mismo que se desarrolle un proyecto -que muchas veces exige regulaciones y normas- por imposición, a que se implante con el beneplácito de la comunidad. Especialmente en aquellos proyectos enfocados a la conservación, como sucede cuando se redactan los planes de gestión de los espacios protegidos, o en estrategias de sostenibilidad como la Carta Europa de Turismo Sostenible, en las que se asumen compromisos que determinan futuras acciones. Ecoescuelas se trata de un proceso participativo democrático, en el que los involucrados deciden en qué puntos mejorar.



Sin duda otro de los puntos fuertes de las Ecoescuelas es que dentro de ese proceso de participación se incluye a niños y adolescentes, que como ya indicamos, tienen una gran capacidad de difusión de las cuestiones ambientales y de llegar a todo su entorno social, teniendo un gran alcance debido a lo multigeneracional de sus relaciones (abuelos, padres, hermanos, primos, amigos).

De la participación nace otra de las fortalezas de Ecoescuelas, promoviendo el trabajo colaborativo entre alumnado y cuerpo docente, equiparandoles en sus roles.

Otro beneficio de Ecoescuelas es el ahorro de costes, puesto que las iniciativas en educación ambiental se traducen en una reducción de los consumos de energía y agua.

Por último, Ecoescuelas proporciona contactos dentro de una red internacional, que además de favorecer el intercambio de experiencias en materia de educación ambiental, permite enriquecer a cada centro con otros aspectos culturales y lingüísticos.
 

Ecoescuelas como semilla  del cambio
Ecoescuelas pretende potenciar el papel activo de los niños y adolescentes en la conservación del medio ambiente, aprovechando la fuerza y el poder que éstos poseen para cambiar el mundo que les rodea. El futuro está en manos de nuestros hijos y alumnos.

   

Sin embargo, no todos los niños tienen la oportunidad de salir al campo cada fin de semana o de que la sensibilidad por la naturaleza arraigue en ellos de la misma manera.

Así que aquí es donde aparecemos nosotros, futuros profesores de Secundaria. Nuestra labor es la de hacer a nuestros alumnos cuestionarse, igual que aquella imagen de la gaviota cubierta de petróleo, qué está pasando y qué podemos hacer por construir un mundo mejor. Y en nuestras manos tenemos herramientas como Ecoescuelas, que sirven para la transformación de nuestros alumnos y de nuestra sociedad, presente y futura.      

¿Quién se anima a hacer de su centro una Ecoescuela? 
 Es el momento del clic.



15 comentarios:

  1. ¡Fantástica presentación Esther! Super motivadora, muy bien estructura y con llamada a la acción final que es al fin y al cabo lo que ante un problema nos mueve. El ¿y ahora qué puedo hacer yo?. Vivimos en el mundo que comienza a ver los efectos del cambio climático. El año pasado la COP tuvo que ser acogida en Bonn, pero el país anfitrión era Fiji. La islas están literalmente amenazadas y en no mucho tiempo pueden hundirse, desaparecer bajo el mar. ¿Qué haremos entonces con los miles de desplazados que tendrán que encontrar otro lugar en que refugiarse? ¿serán las imágenes que veamos nuestro clic? Yo personalmente no conocía las ecoescuelas y estoy muy contento de que me las hayas presentado. Muchas gracias.

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    1. Gracias César por tu feedback. Efectivamente los problemas ambientales desgraciadamente empiezan a ser cada vez más palpables pero afortunadamente cada día están más presentes en nuestra conciencia. Aunque he sido optimista en mi post, la realidad es que nos encontramos ante un panorama poco halagüeño. Las migraciones de las aves se adelantan, estamos en un período de sequía que no se registraba así desde hace años, y este invierno hemos alcanzado las temperaturas más altas desde que se tienen registros. Y esto por no hablar de otras problemáticas como la sobreexplotación de recursos, la contaminación o la pérdida de biodiversidad. ¿Qué más necesitamos para pasar a la acción? A veces recordamos cómo un profesor nos inspiró en nuestra época de estudiantes, pero ¿os imagináis que nuestros alumnos en un posible escenario futuro como el de Fiji nos recuerden porque no hicimos nada para cambiarlo? ¿Que no les dotamos de las herramientas necesarias para salvar el planeta? O aún peor, ¿que les enseñamos a ser responsables, emprendedores, críticos, pero nosotros mismos no lo fuimos? ¿A qué esperamos a ponernos manos a la obra?

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    2. Creo que hay una "anestesia" generalizada en la ciudadanía. Como en tantas otras cosas el ciudadano empieza a verse tan sobrepasado que no sabe muy bien para donde tirar. Son unos años muy complicados. Pero podemos empezar en los colegios y las escuelas. Al menos expliquemos lo que pasa a las diferentes generaciones.

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  2. Esther, me ha encantado.
    Es cierto que el mundo avanza, o eso parece, poco a poco. Sin embargo, el medio ambiente es una tarea que todavía tenemos presente. Creo que es muy preocupante la diferenciación de aquellos "ecofriendly", cuando en realidad todos tendríamos que serlo. La industria cárnica, el concepto de los seres vivos como pertenencias o cosas (aunque recientemente en España hubo un mínimo cambio respecto a eso) e incluso la famosa boina que cubre Madrid, parecen ser temas que no tienen tanta importancia, que está ahí y ahí seguirán. Por eso, educar en ecología y hacer que los estudiantes respeten de manera total el medio ambiente y los seres vivos no solamente es fantástico, sino que es esencial y necesario.

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    1. Gracias por tu comentario, Álex. Estoy completamente de acuerdo con lo que señalas, acerca de la diferenciación "ecofriendly". Creo que es la prueba de que la enseñanza transversal en materia de educación ambiental no está siendo eficaz.

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  3. Muy interesante tu entrada, Esther. Es fundamental concienciar a los niños y adolescentes del valor que tiene la naturaleza. Es cierto que, cada vez existen más proyectos relacionados con el cuidado del medio ambiente y la ecología, pero siguen siendo escasos. Yo tuve la suerte de poder estudiar una asignatura relacionada con la ecología en la carrera. Era una asignatura transversal (en los nuevos grados, las transversales son asignaturas de libre elección que no están relacionadas con los estudios que se realizan). Todos los temas que tratamos, que fueron muy variados, me parecieron realmente interesantes. Aunque, las conclusiones a las que llegábamos eran siempre desalentadoras. Es tal el daño que estamos causando al medio ambiente, que si no modificamos nuestros hábitos ni conseguimos que se endurezcan las leyes para evitar los altos niveles de contaminación que producen las grandes fábricas, en pocos años el daño será irreversible. Ya nada se podrá hacer para salvar nuestro planeta. Es por todo esto que, las iniciativas como las de las ecoescuelas me parecen tan importantes. Ojalá todos los centros educativos contaran con talleres y formación similares a los que estos organismos proponen. Así, conseguiríamos concienciar a nuestros jóvenes de lo que está en juego.

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    1. Gracias por tu comentario, Irene. Lo más sorprendente es que algo tan importante como el cuidado del medio ambiente siga siendo un contenido de asignaturas de libre elección u optativas como CTMA. En mi opinión no debería tratarse un tema que compromete tanto nuestro presente y nuestro futuro mediante proyectos aislados (talleres, cursos), sino de una manera integrada en el sistema educativo. En este sentido creo que Ecoescuelas es una gran iniciativa, que espero acabe por integrarse en el sistema educativo actual.

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  4. Muy interesante Esther!! Se lo voy a proponer al colegio de mis hijas!!
    ¿Hay alguna manera de enviarles el enlace del post?
    Saludos!

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  5. Aquí está el enlace Mónica: http://ocemastereso1516b.blogspot.com/2018/01/proyectos-ecologicos-de-educacion.html

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. ¡Muy buen post! En el colegio de mis prácticas (Gredos San Diego) llevan varios años con un proyecto de ecoescuelas. Es una cooperativa y en sus siete centros, los alumnos organizan actividades de sensibilización y concienciación ambiental. Los que más se involucran son los de 1.º y 2.º de la ESO, y en cada clase hay un par de delegados para estas actividades. Además comparten experiencias entre los propios centros y con otras ecoescuelas. Es una buena forma de empezar a concienciar a los alumnos desde Primaria.

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  8. Primero... ¡felicitaciones por este post tan interesante Esther! hay un proverbio que dice..."un pueblo que olvida su historia, está obligado a recordarla"
    Los alumnos deben ser concienciados que el mundo requiere de nuestro cuidado y es necesaria la colaboración de TODOS PARA EVITAR UNA CATÁSTROFE GLOBAL. Me sumo a lo que dicen otros compañeros, se puede comenzar a educar en estos valores en primaria, incluso si me apuras, en infantil. Yo incluiría además la plantación de huertos en aquellos centros que disponen de un pequeño espacio sin utilizar, pues no hay mejor manera de concienciar que HACIENDO PARTÍCIPES DEL PROCESO A LOS NIÑOS Y NIÑAS.
    Dejo el enlace de un centro público que lleva años con ese proyecto.

    http://www.educarmadridsostenible.es/centro/ceip-rep%C3%BAblica-de-venezuela

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  9. Me ha encantado el post Esther! Completamente de acuerdo con los compañeros, es necesario integrar la educación ambiental desde pequeños no solo con talleres aislados o determinados proyectos puntuales sino de forma integrada en todas las demás asignaturas. Un abrazo.

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  10. Esther, gracias por tu post. En mi última etapa en el Ayuntamiento de Pozuelo he estado trabajnado en al Concejalía de Medio Ambiente. Conjuntamente con la Concejalía de Educación hemos conseguido que 16 centros se unieran al proyecto de Ecoescuelas. Además contamos con un Aula de Educación Ambiental que es todo un referente, ya que está construida enternamente en base a unos principios de sostenibilidad, reutilizando los materiales de extracción, con una orientación norte-sur que favorece la reducción de consumo energético, con sistema de geotermia...Es uno de los edificios construidos con menor huella energética. Es una joya. Salió en Ruta179. Os dejo el link por si queréis verlo. A partir del minuto 9:15. http://www.telemadrid.es/programas/ruta-179/ruta-179-pozuelo-de-alarcon

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  11. ¡Muchas gracias por el post Esther!
    Lo primero, por aclararnos en qué consisten exactamente las Ecoescuelas, concepto que -siendo sincero- había oído mil veces, pero que hasta ahora no he sabido con precisión de qué se trataba. Y segundo, por la llamada de atención sobre una realidad que muchas veces olvidamos o con la que al menos nos encontramos lo suficientemente insensibilizados como para que esté presente en nuestras decisiones y acciones diarias.
    Si bien es cierto que se ha avanzado mucho en las últimas décadas en cuanto a conciencia medioambiental y muchos procesos encaminados a actuar de forma más responsable se han normalizado (por ejemplo, la separación de residuos), también es verdad que en muchos casos los ejecutamos de forma automática sin prestar la atención suficiente al porqué lo hacemos.
    Creo que nuestra generación es perfecta para entender este cambio sufrido en algunas costumbres en un espacio muy breve de tiempo. Como tú, recuerdo de pequeño como mi hermana (una pequeña Hitler ecologista de 12 años, para los cánones de entonces) nos obligaba a acumular en casa ingentes cantidades de papel, cartón y vidrio, para luego recorrer medio Madrid con el coche cargado y llevarlo a uno de los pocos puntos de reciclaje que había en aquel momento. Hoy en día nos sorprendemos si alguien nos dice que en su casa no “reciclan”…
    Por otro lado, creo que muchas de las modas “ecológicas y sostenibles” de los últimos años le han hecho un flaco favor al problema real: se habla de lo grave de la situación y se le da visibilidad, pero con un tratamiento superficial de las soluciones que conlleva una banalización del trasfondo. El caso de la arquitectura (que me toca de cerca) es muy claro en esto: estoy aburrido de ver edificios que se venden como arquitectura ecológica y sostenible porque les han puesto un muro vegetal y cinco tomateras; olvidando que los cuatro miembros que viven en esa casa en medio del campo hacen todos los días 100 kilómetros cada uno con sus cuatro coches de gasolina, y pasando de puntillas sobre la idoneidad de los sistemas constructivos empleados o la desafortunada elección de materiales (huella de carbono, tiempo de vida, etc.)
    Supongo que es difícil encontrar el equilibrio entre ser consecuente e intentar llevar una vida práctica, especialmente en grandes ciudades. Como decías en el post, el mismo petróleo que cubre al ave es el que te permite ir en coche al campo o calentarte en casa… Al final, lo mínimo que podemos hacer es intentar actuar de la manera más responsable posible, dentro de nuestras posibilidades. Y ser conscientes de ello.
    Perdón por la parrafada…

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