sábado, 17 de febrero de 2018

(Des)motivación y emoción en los alumnos con TDAH. El papel del centro


(Des)motivación y emoción en los alumnos con TDAH
El papel del centro

«En el proceso de aprendizaje de un sujeto, lo que abre la puerta a aprender es la emoción. Esta despierta en las personas la curiosidad, el interés y por tanto el foco de la atención.»
«La importancia de las emociones en el aprendizaje y su relación con el TDAH», Fundación CADAH


Como señalan las teorías de la Neuroeducación, las personas somos seres emocionales y racionales, sujetos en los que los procesos de emoción y cognición se interrelacionan y tienen como resultado la conducta. Los estudios de esta nueva disciplina —que combina neurociencia, psicología y educación— describen cómo la emoción «contamina» los pensamientos y las funciones cognitivas e intelectuales, o lo que es lo mismo, cómo los miedos, intereses o deseos determinan los pensamientos, la atención o la memoria de cada uno; todo esto viene a demostrar el papel fundamental que tienen las emociones en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Cuando prestamos atención a lo que nos rodea, siempre tenemos en cuenta aquello que nos proporciona una recompensa positiva y que nos evita una recompensa negativa. Lógicamente, la percepción de recompensas varía según la persona, de ahí que el aprendizaje venga determinado por las características individuales.

TDAH: Tú Decides Ahora



En el caso de los alumnos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), este es uno de los aspectos más conflictivos, ya que el déficit de atención, unido a la hiperactividad e impulsividad, les dificulta atender a los estímulos relevantes del ambiente e inhibir los menos relevantes en un momento dado. Por ello, aspectos como la empatía, el apoyo y refuerzo por parte del profesor y los compañeros son clave para que estos alumnos mantengan la atención y la motivación en la tarea que están realizando.

«Las emociones positivas facilitan la memoria y el aprendizaje. Lo que mejor se aprende y deja huella es aquello que nos gusta, nos interesa, o nos llena.»
«Educación emocional en el TDAH», Fundación CADAH

La educación emocional ha venido ganando seguidores desde hace unos años, no solo porque facilite el aprendizaje, sino porque además influye de manera significativa en el desarrollo de la afectividad del estudiante desde las primeras etapas escolares.

Los alumnos con TDAH suelen tener dificultades para identificar las emociones, lo que les lleva en muchas ocasiones a malinterpretar situaciones o no entender lo que les pasa, llegando a sentirse tristes, agresivos o desmotivados. La frustración, el miedo al fracaso y la baja autoestima son otros de los síntomas asociados; estas emociones negativas con respecto al aprendizaje hacen que tengan una visión negativa y un rechazo generalizado a la escuela.


Frente a esta realidad en el aula, ¿qué papel juegan los centros?

Después de esta introducción más teórica, paso a comentar lo que he observado desde mi experiencia directa en las prácticas. Como describen la mayoría de manuales y artículos sobre el TDAH, una de las peores sensaciones que experimentan estos alumnos es el fracaso y la baja autoestima.

En mi clase de 2.º ESO de inglés estamos trabajando con diferentes técnicas de aprendizaje cooperativo; básicamente consiste en que los alumnos se organicen en grupos de 4-5 personas, utilizando los roles de coordinador, supervisor, portavoz, mediador y (moderador). Por suerte, solemos dejar a un lado el libro y preparamos bastantes actividades de role playadiós a la clase magistral tradicional!). Ahora que tengo cierta perspectiva y comparándolo con la dinámica de otras clases, en general los alumnos están más motivados y se sienten más activos en clase. Sin embargo, este método no funciona tan bien en los estudiantes con TDAH, ya que a veces se ven incapaces de interactuar con sus compañeros, se frustran y pierden el interés en la actividad.

Aparte de la dificultad para trabajar en equipo, algo que me ha llamado la atención es que estos alumnos son los más «preguntones»; siempre que terminan una actividad de speaking delante de la clase me hacen la misma pregunta «¿Cómo lo he hecho, profe?». A primera vista puede parecer algo normal que les interese saber si han trabajado bien, pero es curioso que precisamente sean estos alumnos los que más necesiten el feedback y, sobre todo, de una profesora en prácticas que apenas conocen. La conclusión a la que he llegado durante estas semanas es que su motivación depende directamente del apoyo emocional constante por parte del profesor y su capacidad de aprendizaje, de la cercanía y confianza que les transmitamos.

Querido Profesor, tengo un trastorno de déficit de atención (TDAH)




El papel del centro y los profesores

Cuando te encuentras con esta realidad diaria en la que el alumno no para quieto, se levanta o incordia a sus compañeros constantemente, te sientes impotente al ver que eres incapaz de controlar la situación, te das cuenta de que el apoyo o la confianza no son suficientes para ayudarles y que no tienes las herramientas necesarias para abordar sus dificultades.



Como explican los psicólogos y fundadores de Educ-at, Alberto Jiménez y Ángel Terrón, no solo los alumnos, sino los propios profesores pueden llegar a «marginar» a los estudiantes con TDAH, porque se vean superados por su comportamiento. El mayor problema surge cuando uno de cada veinte niños tiene TDAH y los profesores no contamos con la formación adecuada sobre este trastorno. Por supuesto que no somos psicólogos y necesitamos recurrir a los especialistas del departamento de orientación si sospechamos que algún alumno puede padecer este trastorno. A la coordinación entre profesionales del centro se debe sumar la comunicación con las familias, cuyo papel es clave para seguir la evolución del alumno, tanto en el colegio como en casa.

En cuanto a los métodos de enseñanza, los psicólogos añaden que los alumnos con TDAH necesitan trabajar el desarrollo emocional pero son altamente creativos y tienen un gran potencial; por lo tanto, la lección magistral les beneficia aún menos que al resto de sus compañeros.


¿Qué podemos hacer en nuestra clase para ayudar a estos estudiantes?

Como hemos visto en varias asignaturas, existen una serie de medidas en cada Comunidad Autónoma que se tienen en cuenta para la evaluación de los alumnos con dislexia,  Dificultades Específicas de Aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad en las enseñanzas de Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. En el caso de la Comunidad de Madrid, el siguiente esquema describe las diferentes adaptaciones en cuanto al tiempo, el modelo de examen, el tipo de evaluación, las facilidades técnicas-materiales y la adaptación de espacios.



Generalmente, estos alumnos no requieren adaptaciones curriculares significativas. En el blog Atención a la diversidad Pablo Picasso también se incluyen instrucciones para adaptar los exámenes, de forma que no afecte significativamente al contenido, sino a la presentación de las preguntas:

  • Aumentar el tamaño de la letra y el espacio para responder, aunque suponga aumentar el número de hojas.
  • Presentar un ejemplo de resolución de la tarea que se demanda en cada actividad.
  • Simplificar el lenguaje empleado en los enunciados.
  • Presentar al alumno las hojas secuenciadas: en lugar de entregarle las dos o tres hojas de un examen, entregarle solo la primera, cuando termine, la segunda y así sucesivamente.
  • Secuenciarle las preguntas de examen: pedirle que responda solo a la primera o a las dos primeras; dejar que nos la enseñe; animarle a continuar con la tercera y cuarta… y así con las demás.
  • Si un enunciado incluye dos o más acciones, por ejemplo: enumera, subraya y clasifica,presentarle las acciones como enunciados independientes:
  1.    Enumera…
  2.    Subraya…
  3.    Clasifica…

  • Rodearle remarcar le algunas palabras clave de los enunciados de las preguntas: “responde”, “dibuja”…
  • Utilizar en algunos ejercicios formatos de respuesta breve: tipo test, verdadero-falso
  • Dejar la posibilidad de realizar una evaluación oral de todos los contenidos o parte de ellos.
  • Utilizar otros instrumentos de evaluación debidamente ponderados: trabajo en clase, cuadernos, etc.



La Fundación CADAH recoge en los artículos «TDAH: Adaptaciones curriculares» y «60 Recomendaciones para intervenir el TDAH en el aula» algunas de las medidas que podemos tomar los profesores en nuestras clases para facilitar la motivación y aprendizaje de estos alumnos:

ü  Preguntar al alumno cómo podemos ayudarle.
ü  Estructurar las tareas en tiempos cortos
ü  Elegir un delegado de los deberes que se encargue de anotar fechas importantes (exámenes, entrega de trabajos, etc).
ü  Involucrarles en su propio aprendizaje.
ü  Repetir y escribir instrucciones, además de asignar los deberes y tareas en un formato simple y claro. A la hora de explicarles los deberes, darles fotocopias en lugar de escribirlos en la pizarra. En los exámenes, es preferible entregarles unas fotocopias con los ejercicios.
ü  Supervisar de manera especial en los exámenes, darles más tiempo y realizarlos orales si lo requiriese.
ü  Maximizar sus fortalezas y utilizar refuerzos positivos inmediatos.
ü  Situarle delante, cerca de nuestra mesa para evitar las distracciones o en un lugar en el que le podamos tener vigilado, lejos de distracciones y de las ventanas y junto a compañeros en los que se pueda apoyar.
ü  Mostrar interés por su aprendizaje, darles un feedback e informarles sobre lo que esperamos de ellos. Mostrar interés cuando está trabajando en su mesa. Acercarse a su mesa habitualmente.
ü  Fomentar la comunicación con las familias.
ü  Preguntarles habitualmente, que salgan a la pizarra, así conseguiremos que esté más atento.
ü  Supervisión constante, mirarlo a menudo, encontrar una consigna como tocar su espalda.
ü  Captar su atención buscando estrategias mediante el contacto físico y visual.
ü  Anticipar y prevenir situaciones que puedan presentar problemas.
ü  Si hay alguna descripción que queramos que se aprendan y que no está reflejada en el libro debemos asegurarnos que la tengan escrita en el cuaderno o en los márgenes del libro.
ü  Realizar periódicamente entrevistas individuales con el alumno, de seguimiento y motivación de su trabajo.


¿Cómo puede un profesor reforzar la integración de un alumno con TDAH en la clase?



Para cerrar la entrada dejo un vídeo que puede dar lugar a debate.


¿Deben ir los niños con TDAH a colegios especiales?



¡Espero vuestros comentarios!



REFERENCIAS:


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